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¡Que honor contar con héroes tan cerca de nosotros!

Un héroe entre nosotros

En el mundo de hoy, para ser un superhéroe no se necesita usar una capa para volar, un antifaz para ocultar la identidad, ni mucho menos tener súper poderes para combatir el mal o los peligros existentes.

Los héroes de la vida real se forjan con el humanismo que corre por sus venas y que guardan en el corazón; la disposición a servir que los hace velar por la integridad y la seguridad de los demás; la efectividad y la coherencia que les permite obrar siempre de forma correcta; e incluso una dosis extra de rectitud que utilizan como escudo con la cual reflejan su transparencia y lealtad ante todo ‘mal’ y ‘peligro’.

Este es el caso de Iván Muñoz, un guarda que trabaja desde hace 10 años para nuestra empresa de seguridad privada y que días atrás dejó de lado su kepis y su uniforme para ‘vestirse’ de héroe y salvar la vida de una persona.

Desde hace tres años hace parte del dispositivo de seguridad privada de una importante copropiedad en el centro de Bogotá, por donde todos los días transitan cientos de peatones. Allí el guarda Muñoz ha desarrollado una enorme habilidad que le ha servido para su profesión y su vida: anticiparse a los hechos e identificar las intenciones de las personas, más cuando estas no son buenas.

Su historia de héroe comienza en una tarde fría y lluviosa, de esas que caracterizan el clima de Bogotá y en los que la afluencia de personas es muy baja. En uno de sus recorridos a pie, en los que pasa revista y reporta las novedades, vio a lo lejos a una persona joven que estaba sentada en una banca que hay en la plazoleta central pública del lugar con una actitud sospechosa. Su intuición le decía que había algo raro, así que decidió observarlo con mayor detenimiento.

Nuestro personal trabaja por la seguridad de la comunidad.

Mientras rodeaba a lo lejos a esta persona, se percató que sacó de su maleta un arma de fuego con la que pretendía acabar con su vida. Tal como Iván Muñoz comenta: “De los años que llevo ejerciendo mi labor en la empresa de seguridad, es la primera vez que me enfrento a una situación así, pero gracias a mi formación y a la experiencia que tengo en seguridad privada, pude manejarla correctamente”.

De forma sigilosa le arrebato el arma al joven antes de que cometiera un error irreparable: disparar y quitarse la vida o herir a alguien. Fueron segundos de mucha angustia y adrenalina, pero en los que solo había una oportunidad, esa que el guarda Muñoz supo aprovechar para salvarle la vida a esta persona.

“En ese momento me encomendé a Dios y a la Virgen de Guadalupe. Ellos me guiaron y me permitieron tener todas las fuerzas, la sabiduría y la determinación para salvar la vida de ese muchacho”, aseguró con un relato conmovedor y su voz entrecortada.

Una vez que el arma estaba fuera del alcance de las manos del joven, lo que él hizo fue llorar desconsoladamente, debido a la difícil situación por la que pasaba y también por lo que estuvo a punto de cometer. Con un relato pausado, nuestro héroe comenta que: “Una vez le salvé la vida al muchacho, me miró a los ojos y con mucho sentimiento me dijo: ¡gracias, anciano!”.

Muñoz agrega que: “Yo no soy quién para juzgar a las personas, todos tenemos problemas, pero la verdad sentí un alivio en el pecho al ver que pude salvar una vida tan joven y también evitarle un dolor a su familia”.

Sin lugar a dudas, estas muestras de heroísmo nos dejan erizados y atónitos. Son una fiel muestra de que los buenos somos más y que este tipo de actos bondadosos y humanos son ideales para tomar como ejemplo a seguir en nuestras vidas, más cuando tengamos la oportunidad de ‘tenderle’ la mano a alguien.

Qué orgullo tener en nuestra familia a un verdadero héroe como lo es el guarda Iván Muñoz. Gracias por escribir tu historia en Seguridad Superior y por proteger día a día desde tu labor lo que realmente importa.

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